¿Cuándo es necesario internar a un familiar por problemas de salud mental?

Hablar sobre salud mental en familia no siempre es fácil. Hay miedo, hay dudas, hay estigmas. Pero cuando el bienestar de un ser querido está en juego, la información y la acción oportuna pueden marcar la diferencia.

En este artículo te explicamos de forma clara y cercana cuándo considerar un internamiento psiquiátrico, cuáles son los signos de alerta y qué dice la ciencia al respecto.

El internamiento psiquiátrico: ¿una medida extrema o necesaria?

Primero, despejemos un mito: internar a una persona por motivos de salud mental no significa renunciar a ella. Todo lo contrario. Muchas veces, es el paso más responsable y amoroso que se puede tomar cuando el entorno ya no ofrece el soporte suficiente o cuando los síntomas se vuelven peligrosos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 8 personas en el mundo vive con un trastorno mental. En Perú, de acuerdo al Ministerio de Salud (MINSA), más de 6 millones de peruanos presentan algún problema de salud mental, y al menos 1 de cada 5 necesita atención especializada.

¿Qué situaciones justifican un internamiento?

Hay varios escenarios en los que los especialistas pueden recomendar el internamiento psiquiátrico, de forma voluntaria o involuntaria (según el nivel de conciencia del paciente):

1. Riesgo de autolesión o suicidio

Cuando la persona expresa deseos de morir, ha tenido intentos previos de suicidio o muestra conductas de alto riesgo, el internamiento es urgente. Según datos del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi”, el 40% de los pacientes atendidos por depresión tienen ideación suicida.

2. Conductas agresivas o violentas

Si la persona se vuelve violenta, amenaza a otros o pierde el control con facilidad, podría representar un peligro. Este tipo de cuadros se da, por ejemplo, en fases agudas de la esquizofrenia o trastornos de personalidad.

3. Pérdida de contacto con la realidad

Alucinaciones, delirios, paranoia extrema o confusión severa suelen requerir internamiento, ya que el paciente puede no ser consciente de lo que está viviendo (esto se conoce como anosognosia).

4. Deterioro funcional grave

Cuando la persona ya no puede cuidar de sí misma (higiene, alimentación, medicación) o abandona por completo sus rutinas, se necesita atención estructurada.

5. Fallo en el tratamiento ambulatorio

Si ya está en tratamiento con un psicólogo o psiquiatra, pero los síntomas empeoran o no hay mejoras, el internamiento permite reevaluar el diagnóstico, hacer ajustes médicos y ofrecer terapias más intensivas.

¿Cómo saber si ya es momento de considerar esta opción?

Esta es una de las preguntas más difíciles. Aquí te dejamos algunas señales clave, explicadas con claridad:

Síntoma¿Por qué es preocupante?
Aislamiento extremoPuede ser señal de depresión mayor o trastorno esquizoide
Negación del problemaLa falta de conciencia (anosognosia) puede agravar la situación
Episodios psicóticosVer o escuchar cosas que no existen requiere atención inmediata
Abandono total del autocuidadoIndica que la persona ya no puede sostener su vida diaria
Cambios drásticos de humorCaracterístico de trastorno bipolar o crisis de ansiedad

¿Qué dice la ley peruana?

En Perú, el internamiento involuntario está regulado por la Ley N.º 30947, Ley de Salud Mental. Esta norma permite que un paciente sea internado sin su consentimiento cuando:

  • Existe riesgo inminente para su vida o la de terceros.
  • No está en condiciones de decidir por sí mismo.
  • Se ha evaluado por un equipo médico que avala la necesidad.

En estos casos, es la familia, el tutor legal o el médico tratante quien solicita el ingreso.

¿Qué beneficios tiene un internamiento en una casa de reposo?

No se trata solo de «aislar » a la persona. Una buena casa de reposo brinda:

  • Supervisión médica 24/7
  • Evaluación psiquiátrica y psicológica
  • Medicación controlada
  • Terapias ocupacionales y recreativas
  • Espacios tranquilos, sin estímulos negativos
  • Involucramiento familiar en el proceso

¿Y después del alta?

La recuperación no termina al salir. Es fundamental seguir un plan ambulatorio, con controles médicos, terapia psicológica y el acompañamiento de la familia. De hecho, según el MINSA, el 75% de las recaídas en salud mental se deben a falta de seguimiento tras el alta.

Superar el miedo y actuar

Muchas familias postergan la decisión por miedo al “qué dirán” o por pensar que el paciente se va a molestar. Es normal tener dudas, pero recuerda: no estás actuando en contra de tu ser querido, estás actuando por él.

Un internamiento a tiempo puede evitar una tragedia, estabilizar un cuadro complejo y abrir la puerta a una recuperación real.

Conclusión: Amar también es tomar decisiones difíciles

La salud mental no puede seguir siendo un tabú. Si notas que un ser querido necesita más ayuda de la que tú o el entorno pueden ofrecer, busca apoyo profesional. Escucha a los especialistas, conversa con la familia y considera opciones como las casas de reposo con personal especializado.

Recuerda: es mejor prevenir una crisis que lamentar una pérdida.